Después de casi un siglo, una investigación genómica ha revelado que un parásito que infecta a una amplia variedad de insectos y que puede resultar letal se originó a partir de algas, como otro patógeno notable: el de la malaria o paludismo.
El hallazgo lo ha hecho el equipo del botánico Patrick Keeling, de la Universidad de la Columbia Británica en Canadá, que secuenció el genoma del Helicosporidium.
Keeling y sus colegas habían anunciado previamente que el patógeno de la malaria compartía un linaje evolutivo común con las algas responsables de las tóxicas mareas rojas. Se llama popularmente “mareas rojas” a las proliferaciones masivas de ciertas algas nocivas, que liberan toxinas al agua. El estudio más reciente del equipo de Keeling muestra que el Helicosporidium evolucionó a partir de algas verdes pero, a diferencia del parásito de la malaria, preservó todos sus genes excepto aquellos requeridos para la fotosíntesis. Tanto el patógeno de la malaria como el Helicosporidium comenzaron como algas y acabaron como parásitos intracelulares que se aprovechan de animales, pero lo han hecho de formas muy diferentes.
El Helicosporidium es un parásito de animales altamente adaptado. Sus orígenes evolutivos fueron inciertos durante casi un siglo, pero los nuevos análisis moleculares han acabado mostrando, para sorpresa de muchos, que su origen está en un alga verde, lo que significa que experimentó una transición evolutiva desde la autotrofia al parasitismo comparable al que ejercen el parásito Plasmodium, culpable de la malaria, y sus parientes evolutivos.El parásito de la malaria redujo de manera drástica su genoma y se hizo muy dependiente de su anfitrión para los nutrientes. El Helicosporidium, por otro lado, no perdió casi nada excepto aquellos genes necesarios para la fotosíntesis, que ya no necesita como parásito. “Es como si la fotosíntesis hubiera sido retirada quirúrgicamente de su genoma”, comenta Keeling.
El descubrimiento, hecho en colaboración con científicos de las universidades de Rhode Island y Florida, ambas en Estados Unidos, permitirá a los investigadores comparar cómo evolucionaron los parásitos a escala molecular en estos dos linajes emparentados de forma lejana. También proporciona información pionera y reveladora sobre sus orígenes, desarrollo y métodos de infección, que son cruciales para controlar la población de sus anfitriones, los insectos que propagan sus enfermedades.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario